Antes de cualquier cosa, primero debemos entender lo que es un algoritmo. Para ello nos vamos a ayudar de la definición que nos proporciona la RAE, que es la siguiente:
Conjunto ordenado y finito de operaciones que permite hallar la solución de un problema.
Fuente: https://dle.rae.es/algoritmo
De ésta definición podemos destacar 3 características que debe cumplir cualquier algoritmo.
- Las instrucciones, operaciones o pasos que seguirá nuestro algoritmo deben tener un orden o secuencia.
- Todo algoritmo debe tener un final, es decir que el numero de pasos o instrucciones puede ser tan grande como lo necesitemos pero en algún punto debe detenerse su ejecución, independientemente de sí devuelve algún resultado o no.
- Todo algoritmo debe resolver un problema, aunque yo en lo personal lo cambiaría a “Todo algoritmo debe realizar una tarea”, es decir, que cada algoritmo debe tener un propósito, que puede ir desde sumar dos números hasta calcular la trayectoria más corta entre dos lugares, etc, etc.
Aunque por lo general la palabra algoritmo se asocia a computadoras, en nuestro día a día realizamos tareas que ejecutando acciones en un determinado orden, como lo son: Preparar una taza de café, tomar una fotografía con nuestro teléfono celular o incluso conversar con alguien más.
Cada una de estas tareas requiere que sigamos un numero finito de pasos y en un orden en específico para poder llevarlas a cabo.